Son momentos aciagos otra
vez, lamentablemente parece una historia de nunca acabar, se
repite sin fin. Autoridades de MINSA y MEF que cierran filas, tergiversan la información
al público, no resuelven nada y dilatan innecesariamente una solución que acaba
siendo la lenta agonía de años de un sistema de salud que ya no da para
más.
Ejemplos previos: una ex ministra que negaba a sus propios
colegas la posibilidad de ser
nombrados luego de años de estar sometidos a un oprobioso sistema de trabajo de
contrato – y que tan desinformada estaba que su entonces Ministro de Economía la
contradijo y se logró el nombramiento de muchos colegas incluida quien escribe-
o aquel nefasto ex ministro de trato infame que buscó oponernos contra la
opinión pública- y curiosamente ahora él está en tela de juicio por
malversación- , autoridades que pasan y pasan y el sector
salud decenas de años postergado, abandonado a su suerte al igual
que sus servidores.
Servicios de salud pública donde los pacientes deben comprar los
medicamentos – hasta la gasa y sutura- porque que no hay
en los hospitales, donde deben aguardar y hasta rogar por un examen de
laboratorio o rayos X sea tomado cuando es necesario, donde se cruzan los dedos
para conseguir una cama mientras el corazón se nos muere con ellos al ver su
angustia y orfandad, la absoluta y descarnada inequidad y falta de presencia y
de real apoyo social del Estado.
Un sistema perverso donde se nos obliga a laborar en
situaciones de riesgo de contaminación, a ser víctimas de acusaciones de mal
praxis por falta de insumos y
material mínimo de trabajo, de morir enfermos o contraer una enfermedad
ocupacional a cambio de un sueldo que no cubre nuestras necesidades ni la de
nuestras familias y obliga a ir de un lado a otro a trabajar dejando de lado a
los seres amados, la tranquilidad o nuestro propio bienestar y al acabar nuestro
ciclo, queda el olvido y abandono total por parte del
Estado al que dimos cada vez lo mejor de nosotros mismos.
Y así tenemos médicos cesantes que años ya reclaman por un
trato justo, médicos que ayer vimos en la marcha caminando con muletas pero con
dignidad espartana reclamando lo
que les corresponde a ellos y a nosotros. Ahí estaban los médicos jóvenes que
sienten que esta pelea es de ellos, que aprenden que no todo es sentarse y
esperar que todo ocurra sino a veces como hoy hay que salir a dejar escuchar tu
voz y que se vea, se palpe esa fuerza humana que somos cuando estamos juntos,
que somos más que un grupo de médicos, somos el alma viva de la
Medicina de nuestro país. Los
contratados que saben que llego el momento de pedir un trato
laboral digno con estabilidad que les permita su desarrollo personal y
profesional al que todos aspiramos y tenemos derecho.
Esta pelea va más allá de un aumento de sueldos, es la
pelea por decir aquí estamos como siempre pidiendo lo que
es justo desde hace casi 30 años, como antes reclamando lo que nos
corresponde, lo que merecemos por la clase de responsabilidad y trabajo que día
a día hacemos; acá estamos los que creemos aún en el dialogo, a pesar de la
burla o mecida de años de autoridades del MINSA o MEF insensibles, indolentes
que no dudan en dar pagos increíbles a personal administrativo del ejecutivo,
del legislativo, que salen a decir estamos en mejor condición económica cada
vez… pero cuando de educación y salud se trata cierran los ojos y se tapan los
oídos y cortan presupuestos que son de por sí los más bajos y peores de todo
la región. INADMISIBLE, INDIGNANTE.
Si no nos escucharon antes, si no quisieron vernos, no es un
argumento para dejar que las cosas pasen por sí solas, no
podemos seguir en ese silencio que tanto nos daña, no es una opción seguir
callados ante esta injusticia y abandono de un Ministro, de un Premier, del
Estado que no entienden que la salud está antes y quienes trabajamos en este
sector debemos recibir un trato justo y digno mínimos que permita que nuestro
trabajo sea como siempre una entrega de lo mejor de nuestra ciencia por nuestros
pacientes pero con mejores condiciones para todos y cada uno de los involucrados
en el acto médico.
Y si no entienden o siguen sin entender, sigamos
tratando de hacerles ver que nos acompaña la razón de la justicia y el hartazgo
de una espera que es ya intolerable e imposible de seguir aguantando por los
pacientes y mucho menos por nosotros. Los ministros y sus asesores pasan pero
ya sabemos que los problemas quedan, ésta es la oportunidad para otra vez
decir con energía: BASTA, es nuestra ocasión de pelear con dignidad y valor por
nosotros mismos pues al final nos quedará solamente la certeza que intentamos
mejorar las cosas a pesar de todo, reclamamos cada vez que pudimos y no que
fuimos cómplices silenciosos de un sistema de salud cruel de un gobierno que
sólo para el discurso utiliza pero que hasta ahora no ha demostrado que sabe lo
que es la verdadera INCLUSIÓN CON JUSTICIA SOCIAL.
Dra. Iliana
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